Soluciones a la falsificación de productos médicos
CONVENIO MEDICRIME
La comunidad internacional se enfrenta a una nueva amenaza global de enormes dimensiones: la falsificación de productos médicos. Relacionada principalmente con el daño económico que ocasiona, son pocas las legislaciones de nuestro entorno que tienen en cuenta los riesgos que esa falsificación produce en la salud de los ciudadanos.
La falsificación es hoy en día una actividad difícil de combatir que proporciona suculentas ganancias, debido a la opacidad de las redes criminales que la llevan a cabo. Además, los lazos existentes entre las redes criminales hacen que les sea muy fácil infiltrar los productos médicos falsificados en la cadena de abastecimiento legal y que estos se vendan como si fueran originales.
Las estadísticas recientes no dejan lugar a dudas acerca de la gravedad de la situación: las ventas mundiales de medicamentos falsificados no cesan de aumentar. Esta situación se agrava gracias a Internet. Son diversos los factores que contribuyen a este fenómeno: la corrupción, la reticencia a reconocer la existencia del problema, la multiplicación de los intermediarios, la ineficacia de los sistemas de control de fabricación y distribución de estos productos y, sin lugar a dudas, la ausencia de un marco jurídico penal adecuado para la persecución de estos delitos.
Es en este último punto donde el Consejo de Europa aporta un valor añadido proporcionando un instrumento legal para combatir la falsificación de productos médicos desde la perspectiva de la protección de la salud de sus usuarios: el Convenio del Consejo de Europa sobre la falsificación de productos médicos y delitos similares que supongan una amenaza para la salud pública, más conocido como Convenio MEDICRIME, adoptado el 8 de diciembre de 2010 por el Comité de Ministros del Consejo de Europa.
En su calidad de primer y único tratado internacional en la materia, tiene por objeto prevenir y combatir las amenazas que gravitan sobre la salud pública penalizando determinados actos, proteger los derechos de las víctimas de estos delitos y promover la cooperación nacional e internacional.
El Convenio, en ningún momento, pretende dar respuesta a cuestiones relativas a los derechos de propiedad intelectual, ya que existen otros instrumentos jurídicos especializados que se ocupan de ello. Sin embargo, se aplicará a todos los productos médicos, independientemente de que estén o no protegidos por derechos de propiedad intelectual. El Convenio define por “producto médico” tanto los medicamentos como los dispositivos médicos.
“España ha sido el primer país de la Unión Europea en ratificar el Convenio MEDICRIME”
El Convenio establece como delitos: la fabricación de falsificaciones, el suministro, oferta de suministro y tráfico de falsificaciones así como la falsificación de documentos. También regula una serie de delitos llamados “similares” porque son tan peligrosos como la falsificación en sí misma y representan una amenaza comparable: la fabricación, el almacenamiento para el suministro, la importación, la exportación, el suministro, la oferta de suministro o la puesta en el mercado de productos médicos sin la autorización necesaria de las autoridades nacionales.
Protección a las víctimas
Una atención especial merecen tanto las medidas preventivas como las medidas de protección a las víctimas, reguladas ambas en el Convenio, y que son la prioridad del trabajo desarrollado por el Consejo de Europa. Entre otras medidas, las víctimas deben tener acceso a la información pertinente relativa a su caso, se les debe indemnizar, se les asistirá en su recuperación física, psicológica y social, y se protegerá su derecho e interés en todas las fases de la investigación y del procedimiento penal.
Como la falsificación de productos médicos y delitos similares constituye una amenaza mundial, el Consejo de Europa decidió que, además de los países europeos, aquellos otros países que así lo deseen puedan adherirse al Convenio. Este ha sido el caso de Israel, Guinea y Marruecos que ya lo han firmado y están trabajando en el proceso de ratificación. España ha sido el primer país de la Unión Europea en ratificar el Convenio MEDICRIME, hecho que demuestra el interés de las autoridades españolas a la hora de proteger la salud pública.
En definitiva, no cabe duda de que el Convenio MEDICRIME proporciona un instrumento muy valioso y eficaz en la lucha mundial contra este alarmante problema.