Cigarrillos electrónicos, ¿sí o no?
Desde hace varios años proliferan en España las tiendas de cigarrillos electrónicos. Aunque este producto se presenta como una alternativa al tabaco tradicional para fumar con menos riesgos para la salud, o como terapia de reemplazo para dejar de fumar bajando progresivamente los niveles de nicotina, los beneficios y riesgos sobre el uso de los cigarrillos electrónicos están actualmente en entredicho.
El pasado mes de diciembre, Sanidad acordó con las comunidades autónomas la prohibición en todo el territorio nacional del consumo de cigarrillos electrónicos en zonas infantiles, centros escolares, centros sanitarios, transporte público y en el ámbito de las administraciones públicas, muy especialmente en las zonas de atención al ciudadano.
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), a través de su Grupo de Trabajo de Abordaje al Tabaquismo (GAT), ha elaborado recientemente un documento de posicionamiento en el que solicita al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que los cigarrillos electrónicos sean regulados como el resto de productos de tabaco y, en consecuencia, prohíba su consumo en todos los lugares públicos cerrados. De hecho, el 1 de enero de 2014 entró en vigor la instrucción 08/2013 del Servicio Catalán de la Salud ( CatSalut ) que prohíbe el uso, la promoción y la venta de cigarrillos electrónicos en los centros, servicios y establecimientos sanitarios del sistema sanitario integral de utilización pública de Cataluña ( SISCAT ).
Como recuerda la semFYC, a día de hoy no existen estudios que demuestren la seguridad de los cigarrillos electrónicos ni su eficacia para dejar de fumar, razón por la que considera que es necesario investigar para validar su consumo. A partir de los estudios realizados puede concluirse que “no se sabe si los cigarrillos electrónicos son más seguros que los clásicos; se deben evaluar los efectos de las diferentes sustancias que llevan, y la inhalación de éstas varias veces al día durante meses o años; no se conocen los riesgos para la salud del vapor emitido, aunque todo apunta a que contienen productos tóxicos para la salud”, incide la semFYC.
Por otra parte, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha solicitado al Gobierno que los cigarrillos electrónicos sean considerados productos sanitarios, una medida que garantizaría la calidad de estos productos y facilitaría la realización de ensayos clínicos sobre las ventajas y desventajas asociadas a su consumo.