Cómo afecta el cambio de hora a nuestra salud
El cambio de hora y la salud tienen una relación directa y repercute sobre todo en el estado de niños y mayores. En esta época del año suelen evidenciarse sus efectos.
Los cambios estacionales de horario comenzaron a aplicarse hace más de 100 años y actualmente están presente en unos 70 países de todo el mundo. En España están en vigor desde 1974. La medida surgió con el propósito de aprovechar mejor las horas de luz solar y consumir así menos electricidad.
Sin embargo, desde que la mayor parte de los países desarrollados instauraron esta práctica, la polémica sobre los posibles efectos perjudiciales que el cambio de hora tiene en la salud de las personas se ha producido cada año.
Llega el otoño y con él un nuevo cambio de hora que alterará nuestro ritmo biológico, básico para nuestra salud. Afortunadamente, las alteraciones que se producen en nuestro cuerpo son leves y de carácter transitorio. Varían en función de la edad, sensibilidad y hábitos de cada persona. Son los niños y las personas mayores quienes pueden notar de forma más especial las consecuencias de este cambio.
Los lactantes tienen operativo su reloj central interno a partir de los 5 o los 6 meses de edad y se regula a través de la lactancia materna, ya que por la noche la leche materna tiene una mayor cantidad de melatonina, la hormona que facilita el sueño.
A cualquier edad se produce una alteración en la secreción de la melatonina cuando se cambia la hora. La hormona actúa dependiendo de la luz solar, por lo que regula los estados de vigilia y sueño, y por ello podemos sufrir una alteración a nivel fisiológico que provoca cansancio y fatiga. También provoca que el cuerpo no descanse correctamente, parecido a lo que sucede con un “jet lag” cuando se viaja.
Los adolescentes también notan el cambio de hora y afecta a su salud en la calidad y cantidad total de horas de sueño, que empeora sensiblemente en los días posteriores a cuando se modifica.
El cambio de hora y los medicamentos
Cuando una persona está tomando medicamentos puede afectarle de manera especial el cambio de hora a su salud. En el caso de los niños, por ejemplo, puede ser un motivo de inquietud para los padres, ya estén tomando medicamentos de forma puntual o crónica. En este sentido, los especialistas apuntan a que no habría problema en adelantar o retrasar una sola toma, ya que el cambio de hora sucede de manera puntual.
Se puede tomar la dosis treinta minutos antes o después de la ingesta habitual, realizando la adaptación al cambio de hora en dos fases. Así, los expertos inciden en que la modificación de las pautas en la toma de medicamentos debe adoptarse como algo excepcional. De hecho, si se hiciera continuado podrían darse situaciones en las que el medicamento no funcione por infrautilización o, por el contrario, que se produzca un riesgo de sobredosis y efectos secundarios.
Principales problemas del cambio de hora para la salud
- Cambios en el estado de ánimo. Mayor irritabilidad. Las personas pueden tender a sentirse con síntomas propios o parecidos a los de la depresión y la ansiedad. El estado de ánimo por lo general puede ser bajo.
- Trastornos de sueño como insomnio o somnolencia diurna. Suelen pasar al cabo de unos 3-4 días.
- Cansancio y fatiga. Tras un cambio de hora es normal que nos cueste más hacer los quehaceres diarios que realizamos con regularidad.
- Dificultad para concentrarnos.
Para prevenir todos estos problemas los expertos aconsejan llevar a cabo hábitos de vida saludables cuidando la alimentación y realizar ejercicio físico. De esa manera el organismo tiene más facilidades de adecuarse a la nueva situación con la consiguiente protección de la salud de la persona a pesar del cambio de hora.
Actualmente, la Comisión Europea trabaja en el fin del cambio de hora respetando así el resultado de una consulta pública que realizó en Internet sobre este tema y que recibió 4,6 millones de respuestas, la mayor de toda su historia. Y es que el 84% de los ciudadanos europeos que participaron se posicionó a favor de suprimir esta práctica.