El acceso al medicamento genérico
Siempre hará falta recordarlo: si los medicamentos son baratos, es por la competencia y el acceso que aportan los distintos fabricantes de medicamentos genéricos. La misma molécula que la del fabricante que tuvo la exclusividad, planteada como una comercialización de estrecho margen sobre los costes de fabricación y sin patentes que amortizar. Dicho esto, queremos abordar los problemas de falta de volumen suficiente de medicamentos genéricos en España y el creciente desabastecimiento generalizado de fármacos.
Los precios de referencia han sido cuestionados incluso por organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia
Como pone de manifiesto en cada ocasión la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), el devenir de la regulación en precios de medicamentos del Sistema Nacional de Salud (SNS) y sus políticas han resultado en un estancamiento de la penetración de los medicamentos genéricos en valores y unidades frente al patrón medio europeo. Y aunque el sistema de precios de referencia permite posicionar la factura farmacéutica de España como una de las más bajas de Europa (a copago homogéneo, pues también somos de los que menos copago tenemos aún hoy), los mecanismos para comercializar a un precio dado son rígidos y al final no responden a cubrir un abastecimiento seguro para los pacientes. Los precios de referencia incluso han sido cuestionados por organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La búsqueda de mecanismos accesorios para lograr abastecimiento, como son las nuevas obligaciones de comunicación de fabricantes, las sanciones que acompañan o la intervención de pedidos destinados a la exportación por necesidad interna, son meros parches que desincentivan el desarrollo de las empresas de medicamentos genéricos en nuestro país, cuando precisamente se caracterizan por ser de las más competitivas a nivel europeo.
Pero parece que, de todas las recomendaciones, las únicas que amenazan con tenerse en cuenta son las que proponen un desarrollo de precios seleccionados, de subastas limitadas o de devoluciones de descuentos comerciales desde las farmacias, con el objeto primero (y único) de ahorrar más en la factura de los farmacéuticos, quedando otra vez el abastecimiento como algo secundario. A nuestros ojos, tirar más gasolina al fuego.
Propuestas
Desde el Observatorio de FEFE, la Federación de Farmacias de España, se han hecho una serie de propuestas, muchas coincidentes con las que proponen los fabricantes de medicamentos genéricos.
Pedimos el uso de los precios notificados (doble precio, barato para el SNS y completo para consumo privado); también la necesidad de mantener copagos, aunque en las rentas peores puedan ser simbólicos (céntimos de euro); una reforma en profundidad del sistema de precios de referencia; y desarrollo del copago evitable o cheque-medicina, entre otras.
Pensamos que el incentivo a la farmacia es una herramienta comercial importantísima para estimular el uso del medicamento genérico al tiempo que oxigena a una muy maltratada farmacia española.
Su coexistencia con otros servicios como formación sanitaria o de herramientas de gestión para las farmacias, es parte esencial de las estrategias de mercado legítimas de los fabricantes. Y sabemos que las subastas de medicamentos solo han traído problemas para todos: pacientes primero, y resto de la cadena del medicamento después.
Si se permitiera posicionar el precio libremente y agilizar los movimientos de export-import de medicamentos, con una planificación de la financiación independiente del precio (copago evitable), veríamos unos precios permanentemente ajustados tanto en su cuantía como en su capacidad de abastecimiento, aunque pudieran fluctuar en el tiempo. Hay grandes ejemplos de mercados regulados con precios dinámicos y vigilados por la administración: energía, gasolinas, etc. También son bienes de primera necesidad, como los medicamentos, y están subvenciona- dos o parcialmente financiados (déficit de tarifa en el caso de la energía). Pero atienden primero a la garantía de abastecimiento (lo consiguen) y después a la contención de la factura.
Evidentemente, ningún político teme el descontento de laboratorios y farmacias. El político medio considera fácil defender que los medicamentos deben ser lo más baratos posibles y que ganar dinero con la salud de las personas es perseguible. Solo la escasez de medicamentos puede hacerles recapacitar, y solo cuando son los pacientes y la opinión pública la que lo denuncia, porque lo antedicho ya lo habíamos puesto en conocimiento hace más de un año. Tenemos la esperanza de poder ser escuchados en adelante. Por el interés de todos, pacientes primero.
Luis de Palacio
Presidente de FEFE
en Twitter: @luisdepalacio