En defensa de la unidad de mercado
ACTUALIDAD DEL GENÉRICO
La comercialización de los medicamentos genéricos ha sido – y es– uno de los instrumentos más eficaces para el control del gasto farmacéutico, tanto público como privado; y una de las herramientas clave en el aumento del acceso de los ciudadanos a los medicamentos. Que lo siga siendo en el futuro dependerá, en gran medida, de las políticas que se adopten para favorecer su desarrollo.
El desarrollo del genérico requiere una regulación nacional adecuada que sea de aplicación homogénea en todas las comunidades autónomas. Tenemos un único Sistema Nacional de Salud (SNS) aunque de un tiempo a esta parte, a veces, cueste reconocerlo por la aplicación de medidas unilaterales a iniciativa de una u otra comunidad autónoma. Medidas, en muchos casos, de dudosa viabilidad jurídica; que con frecuencia afectan directamente a la equidad y al acceso; y que, en la mayoría de las ocasiones, son contrarias a los derechos e intereses de ciudadanos, médicos, farmacéuticos e industria.
Este entorno, donde no existen unas reglas claras de juego, es una de las principales causas de que el crecimiento del genérico en nuestro país se haya estancado, a pesar de estar muy lejos aún del 60% de la cuota de participación en unidades del resto de países de nuestro entorno. Una aplicación heterogénea de la normativa (ya sea porque no se aplica a la misma velocidad, con la misma intensidad o con la misma interpretación en todas las comunidades) no sólo no favorece al sector del genérico sino que, además, en la mayoría de los casos, va en perjuicio de los intereses del propio paciente.
Son necesarias normativas de unidad de mercado que beneficien a todos los agentes implicados en la atención sanitaria y, especialmente, a los ciudadanos. El SNS debe asegurar a la población el mejor medicamento al mejor precio posible garantizando, por un lado, la accesibilidad a medicamentos de calidad; y por otro lado, la sostenibilidad económica del sistema para asegurar ese acceso a lo largo del tiempo. Desde hace
dos décadas, el medicamento genérico es uno de sus grandes aliados para alcanzar estos objetivos.
Los medicamentos genéricos constituyen, además, un sector industrial que apuesta fuertemente por la marca España. Siete de cada 10 medicamentos genéricos consumidos en España están fabricados en nuestro país y la mitad de las principales compañías fabricantes de genéricos en España son de capital 100% nacional. Es un sector con un fuerte compromiso de contribución al PIB y a una balanza comercial positiva a través de la generación de empleo (es responsable de 9.000 puestos directos y más de 25.000 indirectos), de la inversión en i+D (dedica un 3,5% de su facturación), la productividad y las exportaciones (la exportación sectorial media es de un 40%).
“La sostenibilidad del sistema sanitario y la cohesión en la prestación farmacéutica pasan por garantizar un entorno de unidad de mercado”
Es necesario que tanto la administración central como las CC.AA. reconozcan el valor de los medicamentos genéricos y proporcionen al sector un marco de estabilidad, previsión y seguridad jurídica que permita un desarrollo industrial saludable y eficiente en un entorno equitativo, cohesionado y con igualdad de oportunidades. Si no hay un panorama atractivo que favorezca la entrada de genéricos, las compañías no van a seguir fabricando, desarrollando, investigando e innovando; con el consiguiente impacto negativo en la sostenibilidad del sistema sanitario y la cohesión en la prestación farmacéutica.
El compromiso de la industria de medicamentos genéricos para con el SNS y, especialmente, para con la salud de los ciudadanos es firme pero es necesario acabar con la inseguridad que provoca la diversidad de normas autonómicas y criterios divergentes en política farmacéutica. Debemos esforzarnos por alcanzar el punto de equilibrio que garantice la
consecución de las ventajas de la descentralización territorial sin renunciar a la unidad de mercado.