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Tania Miralles y sus niños del orfanato

Hospitalizado en la India por Tania Miralles

Las fotos y el testimonio que hoy os traemos son sólo una pequeña parte de todo lo que Tania Miralles (@SimplementeT), con sólo – casi – 24 años, ha vivido. Tania se licenció en ADE y Marketing, descubriendo, poco tiempo después, que la escritura y la Filosofía (actualmente cursa el Grado de Filosofía) eran los pilares sobre los que asentar su vida. Amante de los viajes y de la naturaleza ha recorrido parte de Europa, América y Asia. A día de hoy trabaja en su primer libro a la vez que escribe sobre sus experiencias en su blog Simplemente T

Hace unos meses Tania hizo las maletas y se fue a la India, a un orfanato perdido de la mano de Budha a trabajar, meditar, conocer nueva culturas y muchos y muy buenos, nuevos amigos. Hoy nos cuenta la historia de Elai, un compañero de viaje israelí, que al poco de llegar a Kasol cayó gravemente enfermo.

Elai, compañero israelí de Tania

Elai, compañero israelí de Tania

LLevaba ya un mes en la India cuando uno de los amigos con los que viajaba (israelí) empezó a enfermar. Normalmente, lo primero que viene a la cabeza de cualquier individuo que viva en un país occidental y que nunca haya estado en un país en vías de desarrollo, es miedo. Lógico sentimiento, considerando que el ser humano teme lo desconocido en general.

En este caso, Elai, así se llama, acudió a una clínica donde le dieron unas medicinas naturales; en realidad más que una clínica (aunque allí lo llamen así) era un lugar donde un curandero, que probablemente no tenía estudios científicos, te daba unas pastillas naturales, acorde a tus síntomas.

Pasaron un par de días, pero Elai empeoró, hasta el nivel de que al encontrarnos en medio de la montaña en el Norte de la India, concretamente en un lugar recóndito al que sólo se puede acceder a pie en la zona de Kasol, tuvo que venir un equipo de rescate a por él. Para entonces su estado ya era crítico. Diez hombres equipados, con camilla incluida, lo llevaron al hospital más cercano, público, ubicado en Kullu.

El sitio era lo que todos podemos imaginar: un lugar deteriorado, con camillas que se caían a pedazos, ni siquiera podías fiarte de si la aguja que te iban a inyectar estaba esterilizada o era de uso nuevo. Lo tuvieron allí dos días, con diagnóstico de apendicitis. Lo trataron acorde a esta patología, con antipiréticos para bajarle la fiebre, ya que la tenía desde hacía días alrededor de 40º.

Al cabo de esos dos días, viendo que la situación no mejoraba, y que en cualquiera de los casos no era el lugar apropiado para ser operado, lo trasladaron a un hospital privado en New Delhi, la capital de la India.

Elai en el hospital de New Delhi

Elai en el hospital de New Delhi

El hospital privado era una auténtica pasada. Con toda la tecnología de vanguardia, habitaciones individuales con servicio de limpieza las veces que fueran requeridas al día, una enfermera por cada cinco habitaciones, pendientes de la mediación intravenosa, es decir, la atención más personalizada que jamás había visto en un hospital. Un auténtico contraste comparado con el hospital anterior, público y ubicado a diez horas de la capital.

El primer diagnóstico, como he mencionado, fue de apendicitis. Después de la visita de varios cirujanos y un internista, el paciente estaba listo para la operación. Preparado para entrar a quirófano, llega el director del departamento de cirugía, disculpándose pero con una curiosa expresión de tranquilidad en su cara. ¡Se habían equivocado de diagnóstico!

El apéndice estaba inflamado a causa de la alta fiebre de tantos días, que también le estaba afectando al hígado (o eso dijeron), y además tenía un constante e insoportable dolor abdominal. Y a su vez, la alta fiebre estaba causada por Salmonelosis. Hay distintos tipos de Salmonelosis, pero Elai es Vegano (no come ningún alimento que proceda de animales).

Tania lavando la ropa con los niños del orfanato

Tania lavando la ropa con los niños del orfanato

Debido a su condición de vegano, lo más probable es que se tratase de “Salmonella tiphimorium”; el contagio, seguramente, provino de una bactería, la cual se transmite por aguas contaminadas con heces, normalmente asociada a la ingesta de vegetales que no estén bien lavados o estén lavados con este tipo de agua.

Esta infección dura siete días, con síntomas de fiebre, vómitos y dolor abdominal, como recalcaba anteriormente, si no se trata es fatal, causando la muerte.

Al fin teníamos el diagnóstico. Cambiaron los antibióticos con los que estaba siendo tratando con el fin de eliminar la infección; añadiendo además que los que habían utilizado hasta el momento habían empeorado el estado de Elai.

Los enfermeros venían a menudo a ver cómo se encontraba el paciente. Cada mañana se le realizaba una extracción de sangre, y cada mañana era una pesadilla estar delante; a pesar de su buena intención, en términos técnicos, los enfermeros no eran demasiado experimentados, o eso parecía. Para empezar siempre había dos enfermeros, y por lo visto no se aclaraban ni juntos ni de uno en uno, teniendo en cuenta que de cualquiera de las formas pinchaban pésimamente, siempre se tomaban como diez minutos para encontrar una vena adecuada, y en más de una ocasión pinchando varias veces. Pobre Elai, no se quejaba prácticamente, menos mal que no era yo la que estaba allí tendida, porque los gritos se hubiesen escuchado en toda Delhi.

Tania en el orfanato de la India

Tania en el orfanato de la India

La estancia fue de diez días. Los acompañantes fuimos un amigo y yo. Ambos dormíamos en el dormitorio, uno en un colchón que nos proveyó el mismo hospital y otro en el sofá – cama que había junto a la cama del enfermo, nos cambiaban las sábanas todos los días, como si fuéramos un paciente más. La estadía fue muy agradable. Teníamos visitas diarias del departamento de calidad para asegurarse que todo funcionaba a la perfección. Por supuesto, esto lo pagaba el seguro privado de Elai.

No puedo decir cómo funciona realmente la sanidad pública en India, pero en cuestión de privado he de decir que es de una atención y calidad impresionantes. Es más, cuando le dieron el alta, le citaron a la semana siguiente para realizarle más pruebas y asegurarse de que todo cursaba correctamente.

Cabe añadir, que algunos de los fármacos suministrados en el hospital eran genéricos, entre ellos amoxicilina. Los medicamentos los comprábamos (cuando terminó la estancia en el hospital) en farmacias. Y te daban tan sólo los necesarios, por unidades, nada de cajas, y muchos de los que estaban recetados también eran genéricos.

Elai y Tania en Birmania

Elai y Tania en Birmania

El precio de éstos era caro si lo comparamos con la renta de la mayoría de la población. Normal o incluso baratos si se trata de países como España. Un ejemplo más, cuando compré artículos para mí porque también tuve una infección, en España me hubieran costado 12€ y en India  me costaron 3€ (con los mismos principios activos y excipientes, e inclusive en algunos casos la misma marca).

En India encuentras farmacias como tal, o simplemente tiendas que venden medicamentos de todo tipo que a su vez te venden lo que necesites sin prescripción médica necesaria. Desde luego que India es un país con un índice de pobreza altísimo, asimismo, la mayoría de los enfermos no pueden permitirse medicarse, ya que como comentaba a pesar de que los precios no son caros a priori, para los ingresos que ellos generan lo son con creces.

La última y obvia recomendación era reposo, así que nos fuimos de nuevo al norte a dedicarnos al Yoga y a la relajación. Naturalmente, en eso los indios están más que avanzados.

Tania y Baba en la India

Tania y Baba en la India


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