Presente en genérico, futuro en salud
Ana Vieta, Directora de Policy and Value, KERN PHARMA
Han pasado más de dos décadas desde la introducción en España de los medicamentos genéricos. Se trata de fármacos que presentan el mismo perfil de eficacia y seguridad que sus medicamentos de referencia –cuya patente ya ha caducado– pero un precio de salida más bajo que se traduce, a su vez, en una reducción del precio de aquel. Por esta razón «contribuyen a racionalizar el gasto público sin disminuir la calidad y la eficacia de la prestación farmacéutica, fomentan la competencia y promueven que los medicamentos de marca bajen sus precios», tal y como expone el último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud (SNS) del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
El horizonte demográfico de nuestro país nos obliga a ser, con urgencia, más eficaces y eficientes en la gestión de los recursos públicos
Los medicamentos genéricos son, por tanto, esenciales para mejorar la sostenibilidad del sistema sanitario. Máxime en el actual contexto de creciente envejecimiento de la población, con una esperanza de vida al nacer que ha aumentado casi en cuatro años en menos de dos décadas; y del correspondiente aumento de la cronicidad, con prevalencias crecientes, a modo de ejemplo, en hipertensión arterial, colesterol elevado o diabetes. En concreto, los ahorros derivados de la existencia de los medicamentos genéricos, de venta en farmacias, superaron en el año 2018 los 1.200 millones de euros. Al mismo tiempo, estos medicamentos contribuyen al impulso económico, industrial y exportador de nuestro país, pues siete de cada 10 genéricos que se consumen en España son fabricados dentro de nuestras fronteras, dando lugar a la creación de más de 34.000 empleos (más de 9.000 puestos de trabajo directos y otros 25.000 empleos indirectos) e impulsando el crecimiento del PIB, al que favoreció de forma especialmente positiva durante el reciente periodo de crisis económica. En ese periodo, la producción del sector creció un 38 por ciento mientras que el valor añadido lo hizo un 25 por ciento.
En el caso concreto de Kern Pharma, este trabajo nos ha permitido desarrollar alrededor de 150 productos en 470 presentaciones diferentes que cubren el 90 por ciento de las necesidades de prescripción en 17 áreas terapéuticas (analgésicos, anticonceptivos, antidiabéticos orales, antihistamínicos, gastrointestinales, etc.).
Estas cifras nos han convertido, hoy en día, en el tercer laboratorio español en unidades; en el cuarto si atendemos al volumen de facturación de medicamentos genéricos, lo que nos permite generar casi un millar de puestos de trabajo y continuar investigando e innovando de forma continuada. Solo en 2018 pusimos al alcance de los profesionales sanitarios y de los pacientes un total de 12 nuevos productos y 27 nuevas presentaciones de Equivalen- te Farmacéutico Genérico (EFG), lo que pone de manifiesto nuestra capacidad de innovación.
Falta de una adecuada política regulatoria
Sin embargo, la falta de una adecuada política regulatoria limita el impulso de los medicamentos genéricos. Pese al incuestionable valor que aportan estos fármacos, la falta de una política regulatoria integral a lo largo de estos más de 20 años ha limitado de forma clara su penetración en el sistema sanitario en comparación con otros países de nuestro entorno. Situación que se ha acentuado especialmente a partir de algunos cambios normativos introducidos a lo largo de los últimos años.
Así, mientras en España estos fármacos apenas representan a día de hoy un 40 por ciento del mercado farmacéutico en unidades, la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se sitúa actualmente en el 67 por ciento. Y si tomamos como referencia los dos países con mayores cuotas, Reino Unido y Alemania, encontramos porcentajes del 80 por ciento y el 77 por ciento respectivamente.
Asimismo, según el Ministerio de Sanidad, «en el período enero-septiembre en el año 2018 el consumo a nivel nacional de medicamentos genéricos facturados a través de recetas médicas del Sistema Nacional de Salud (SNS) en oficinas de farmacia, con cargo a fondos públicos de las comunidades autónomas y del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), ha sido de 433,9 millones de envases, lo que representa un porcentaje de consumo de envases de medicamentos genéricos respecto al total de medicamentos facturados de un 47,08 por ciento».
Pese al incuestionable valor que aportan los medicamentos genéricos, la falta de una política regulatoria integral a lo largo de estos más de 20 años ha limitado de forma clara su penetración en el sistema sanitario
La Comisión Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial del SNS reconoce en su Plan de Acción para Fomentar la Utilización de los Medicamentos Reguladores del Mercado en el SNS que «a partir de 2016, el crecimiento de los medicamentos genéricos se ha contenido tendiendo a la disminución» y siendo «una de las causas que se puede relacionar directamente […] el cambio legislativo que eliminó la discriminación positiva en la dispensación del medicamento genérico en caso de igualdad de precio».
Otra de las causas que explican esta realidad cada vez más consolidada se encuentra en nuestro actual sistema de precios de referencia, que necesita una urgente reforma. Así lo demuestra el hecho de que los desabastecimientos de medicamentos crecieran un 44 por ciento en el año 2018, según datos oficiales publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). En concreto, el año pasado fueron notificados 1.332 desabastecimientos frente a los 910 de 2017 y los 770 notificados en 2016.
Cabe destacar que el 27 por ciento de causas están relacionadas con problemas de capacidad que, según el informe de la AEMPS, suelen estar originados por un aumento en la demanda del medicamento que las líneas de fabricación disponibles no pueden asumir y un 16 por ciento por rotura de stock por incremento no previsto de las ventas. Es decir, el 42 por ciento de las causas de desabastecimientos son motivadas por desequilibrios del mercado por carencias no previstas de ciertos productos.
Existiendo, como existen, numerosos países que han logrado una mayor penetración de los medicamentos genéricos en sus sistemas sanitarios, cabe preguntarse cuáles pueden ser las políticas más adecuadas para dar la vuelta a esta situación y dar a los medicamentos genéricos el impulso definitivo que necesitan.
Un análisis detallado de las mismas permite determinar que la mayor parte de los países europeos cuentan con una combinación de incentivos dirigidos a pacientes, médicos y farmacéuticos. A su vez, distintos informes constatan que la medida que más contribuye al impulso de los medicamentos genéricos es mantener un diferencial de precio entre este y su fármaco de referencia.
En este sentido, el informe publicado por la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia para valorar el borrador del Plan de Acción para fomentar la utilización de los medicamentos reguladores del mercado en el SNS: medicamentos biosimilares y medicamentos genéricos apuesta por «flexibilizar el mecanismo para determinar los precios de genéricos y biosimilares (el sistema de precios de referencia)». Esto permitiría un diferencial de precio entre el medicamento genérico y el de referencia como existe en otros países europeos.
De las palabras a los hechos
Es indispensable y urgente que, una vez la actividad legislativa vuelva a la normalidad, los partidos políticos asuman la necesidad de impulsar los cambios normativos que ayuden a nuestro país a situarse en niveles de penetración de medicamentos genéricos más próximos a los de los países vecinos.
No partimos de cero. Todas las fuerzas políticas han mostrado su disposición a impulsar este tipo de medidas; bien sea a través de la presentación de iniciativas parlamentarias, sus programas electorales o en debates públicos que han tenido lugar en el Congreso de los Diputados.
Sin embargo, ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos. De tomar medidas efectivas que eviten, como ya está ocurriendo, que existan compañías que hayan tomado la decisión de salir del mercado de medicamentos genéricos por la creciente inviabilidad de su comercialización.
El mencionado horizonte demográfico de nuestro país nos obliga a ser, con urgencia, más eficaces y eficientes en la gestión de los recursos públicos. Tenemos uno de los mejores sistemas de salud del mundo y los medicamentos genéricos ya han demostrado que contribuyen de forma incuestionable a su sostenibilidad.
Por todo ello, a las puertas del año 2020 y, por tanto, del inicio de una nueva década, seguiremos trabajando para sumar voluntades y, con ello, multiplicar resultados, de modo que un presente en genérico pueda convertirse, en muy poco tiempo, en un futuro en salud.